Uno de los platos más típicos que se pueden comer en la República Checa son estos filetes.
El “prosciutto di Praga” es una especialidad gastronómica del país, es jamón de cerdo asado que se vende en puestos callejeros. Asan el jamón entero, dando vueltas sobre si mismo en una hoguera de leña, se va asando lentamente horas y horas, hasta tener un toque ahumado, y gracias a este proceso tan lento de cocinado, está muy jugoso.
En la Plaza del Reloj de Praga, mientras aguanta el buen tiempo, existen varios puestos donde puedes comerlos. Ves como los asan mientras están clavados en una lanza y les dan vuelta a modo de kebab... solo que con jamones. Puedes pedirlo y ellos mismo te cortan el filete, lo pesan y lo cobran.
Si se me permite un consejo aunque es cierto que son muy ricos, existen otros sitios donde comprarlos, no tan céntricos y mucho más económicos ya que abusan por el hecho de su ubicación.
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